miércoles, abril 21, 2010

matando a la gallina de los huevos de oro...

He pasado casi toda la última década dentro del mundo corporativo, he conocido a mucha gente, he visto y vivido de cerca sus injusticias como por ejemplo que las personas menos aptas se van quedando en puestos fijos o subiendo por su arte de venta mas no por su talento o trabajo duro.

No es raro ver a personas que están en la compañía por más de 15 años y que continúan en puestos medios, sin embargo son inamovibles. Gente que hace su trabajo de mala gana y hasta de forma irresponsable, pero que sigue en la empresa porque sale muy caro echarlas o porque es amistad del gerente general o tiene su apadrinamiento por ahí. Es también común encontrarse con personas en cargos altos que no tienen mucha idea de lo que hacen ahí, pero que han preparado su pan haciendo harina de los demás, gente que crece no por brillo propio sino por opacar al resto.

Los rumores son otra cosa que es muy común en el ambiente corporativo, como de un comentario se le puede hacer tanto daño a una persona, chicas que terminan con su reputación arruinada, y tipos mujeriegos que terminan como héroes ante los ojos de una cultura machista y retrógrada. Y claro cuando alguien sale de la empresa empieza todo tipo de habladurías.

Lo que me sigue llamando la atención es como las empresas dejan ir a gente valiosa para la empresa, gente que puede hacer la diferencia y transformarla. Es así como la empresa se llena de gente con miedo al cambio, jefes que ven a su subalterno como una amenaza, con un auténtico terror a salir de su zona de confort y empiezan a minar al agente rebelde, empiezan a crear rumores, el agente de cambio se transforma para los miedosos en una manzana podrida y finalmente, optan por despedirlo o/y hacer que esa persona salga de la corporación.

Y quien se queda en la empresa, los genios del solitario, del facebook, de los que pierden el tiempo en el chisme, de los que cuando llega la máxima autoridad de la empresa simula que trabaja, gente que maltrata a sus compañeros, personas hipócritas, que se quejan de su jefe y cuando se les acerca se echan al piso a lustrarle los zapatos con su dignidad o la poca que les queda. Se ha destripado a la gallina de los huevos de oro, esa persona que sacaba de problemas al resto con soluciones inteligentes, que buscaba la manera de arreglar las injusticias de la empresa, o talvez cambiar la opresión o que talvez no se metía con nadie, y su problema era no ser lisonjero con nadie… mientras que sus asesinos esconden sus manos llenas de sangre, y justifican su acción con ridículas excusas basadas en rumores o comentarios injustos.

No sé si esto va a cambiar algún día, intento que la gente abra los ojos ante esta realidad, pero no pasa nada, la gente sigue igual, creyendo rumores, inventándolos, pidiendo más y más al empleado sin pensar si esa persona tiene familia, olvidando que es un ser humano que tiene sangre en sus venas. Como escuchaba una vez, puedes trasquilar a tus ovejas pero no debes despellejarlas. Y esto pasa mucho, se despellejan a los buenos elementos, a los rebeldes a los que quieren cambiar las cosas, y se quedan con el ganado enfermo, un ganado plagado de sarna y garrapatas, con sus vicios de vagancia que tan sólo les permite hacer el mínimo y que les hace vivir con miedo de salir de la aprobación de un gran jefe.


Mañana será otro día, tal vez mejor que hoy... Cuan brusco será el cambio de piel...

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