viernes, enero 13, 2012

pienso, luego existo...


Mientras manejaba a la oficina me quedé un buen rato detenido por el tráfico infernal de esta ciudad. De repente veo por la ventana una chica asiática caminando con una sonrisa que ilumina el día. Intento ver hacia dónde sonríe, pero no hay nadie. Ella simplemente está feliz, abre sus brazos y corre con una alegría contagiante. Sonrío y pienso en cómo somos en nuestro país, siempre con miedo del qué dirán los demás. Trato de imaginar el origen y se me vienen algunas cosas a la cabeza, pero abandono ese pensamiento y me quedo pensando en la fortaleza de las mujeres. Pienso en las mujeres de mi familia, las mujeres que conozco, y en general en el género femenino. Uno que durante mucho tiempo no ha sido tratado como se merece, de manera justa. Como hombre me siento responsable.
Yo no hice al mundo de esta manera, pero para mí sería muy complejo eso de vivir en un mundo donde la Diosa hubiese mandado a su única hija al planeta, donde en los billetes únicamente pudiera ver los rostros  de las libertadoras, un mundo donde el voto del hombre tuviera menos de 100 años, un mundo en el que se catalogue a los hombres por su físico y no por su capacidad, un mundo en el que un hombre ha llegado al poder en Argentina luego de la muerte de su esposa y que hoy le inventan mil rumores por el simple hecho de ser hombre.
En mi familia hay muchas mujeres y todas son personas admirables, al menos para mí, cada una con sus características que las hacen únicas. Temperamentos fuertes, simpatía, sabiduría, humor, mezclas explosivas, locura y encanto, ternura y belleza. Mi abuela paterna nació en la primera década del siglo 20 en un Ecuador donde las mujeres no podían votar y cuando tuvo cerca de 25 años se permitió el sufragio a la mujer, en 1929.  Mi abuela materna tuvo que cambiarse a un colegio estatal para poder terminar la secundaria y con mucho esfuerzo llegó a la universidad para estudiar Filosofía. Eran otros tiempos, muy difíciles para las mujeres.
Y siguen siendo. En muchas partes del mundo las mujeres tienen menos derechos. En nuestro país podemos ver en diversas instituciones que las mujeres llevan uniforme y los hombres no; impulsadoras mostrando un producto, pero no impulsadores; un país donde una hombreriega es una mala mujer y un mujeriego es casi un héroe.  El problema es ese doble estándar en el que vivimos.  
Las mujeres son fascinantes, han tenido una historia dura, complicada, y creo que es nuestra responsabilidad mantener las cosas bien, buscar igualdad en derechos reales. Lastimosamente, de vez en cuando aparece una suerte de heroínas que son nocivas y botan a la basura los últimos 100 años de lucha de los derechos de la mujer. Me da rabia y malestar escuchar a mujeres que aceptan el machismo y hacen propuestas machistas para segregar a las mujeres, ponerles etiquetas y calificativos, diferenciándolas de los hombres luego de tantos años de lucha. Una concejala quiere formar una diferenciación entre los taxistas y califica a su propuesta de “taxi rosa”. Supongo que no los va a pintar de rosa, pero esa calificación hace una diferenciación sexual de los conductores y me parece discriminación a la mujer. Tantos años luchando por la igualdad entre hombres y mujeres para que una mujer tome una acción retrógrada y las quiera volver diferentes. Pienso en las primeras mujeres que decidieron ir a trabajar a las fábricas, ellas no pidieron ninguna diferenciación, se ganaron un espacio en las industrias a pulso. O las primeras mujeres en las universidades. Pienso en mi madre y en cómo con esfuerzo dejó de ser ama de casa para hace unos años alcanzar su doctorado. Es  increíble que una asambleísta apoye y se sienta emocionada por saludar con un mandatario a quien no le puede dar la mano. Me pregunto si fue para esto que salió mi abuela a protestar en su tiempo? Para esto muchas educadoras cambiaron la realidad de las comunidades? Conozco muchas mujeres que se han ganado su puesto a pulso, sin pedir ayuda y sin pedir diferencias. Lo único que piden es respeto.
Las mujeres son fascinantes. Aunque nunca podré entender su manera de pensar, las seguiré admirando por la capacidad de hacer lo que hacen, de la tenacidad con la que defienden a sus hijos, de la capacidad y calidad de su trabajo, por las desigualdades que han tenido que afrontar, por poder hoy en día realizar cualquier profesión, labor, carrera, vida que se propongan. Por ser madres, hermanas, abuelas, primas, tías, sobrinas. Por ser mujeres, por ser como son. No dejemos que nadie, menos algunas mujeres, boten tierra a los avances en igualdad de los últimos 100 años. Los hombre y mujeres tenemos la misma capacidad y derechos.

Mañana será otro día, tal vez mejor que hoy... Qué me traerá el cambio de piel...

viernes, enero 06, 2012

la monarquía del siglo 21...



Es temprano y me levanto, hace un buen frío, por suerte no cae nieve en este país, pongo a pasar café y enciendo la televisión para ver noticias y veo lo mismo de siempre, quejas, mensajes incompletos, defensas absurdas, mentirosos compulsivos y uno que otro personaje atinado. Hoy en día veo rostros de políticos jóvenes que en un futuro serán candidatos a la presidencia, están trabajando para eso. Han cambiado su forma de ser, hoy enternados le hablan al país, el país del alzhéimer crónico, nos olvidamos de todo, simplemente espero que cuando les llegue su hora no se vuelvan parte de la monarquía del siglo 21 y recuerden porque se prepararon tanto.


Desde hace unos años hago una analogía entre el comportamiento de las personas con el comportamiento de los miembros de las grandes haciendas latinoamericanas. Trabajadores, capataces, parientes del terrateniente, el hijo del patrón y mil personajes más que se los puede analizar en cualquier libro de GGM o en los libros de otros literatos latinoamericanos. La hipocresía, la gente servil, la prepotencia de los que tienen una pizca de poder, los chismes y los informantes del patrono, los lambiscones, los vagos, los charlatanes que simulan que trabajan, los parientes, los trabajadores incansables, los sumisos, los revolucionarios, los rebeldes, el doble estándar.

Pero claro me permito a breves rasgos describir que lo que se vive en este país ya no es sólo la gran hacienda, hoy en día lo que se vive gracias al gobierno es la monarquía del siglo 21, con nobleza, feudos y todo. Veo cómo un monarca que fue un revolucionario hoy en día viaja en una caravana de 4 autos blindados, que recorren las vías de la ecovía, sin que nadie lo vea, como los reyes franceses en sus carrozas, deteniendo el tránsito, los buses cargados de gente se detienen para darle paso al monarca y su guardia. Y como antaño, cuando un pariente de la nobleza no se portaba a la altura de la corte, lo mandaban lejos, en épocas de la monarquía los mandaban al nuevo mundo lejos de la corte, a algún sitio donde esté ocupado y lejos para avergonzar a la corte, allá podrían ejercer su poder como comendadores o cualquier otro nombramiento. Hoy en día los mandan a misiones en países lejanos hasta que se calmen las aguas o los mandan a ministerios pequeños para que recapaciten.


Hace años tuve la oportunidad de conversar con él, no andaba en caravana, me lo encontré a pié en un colegio, un hombre sonriente y tranquilo, bromista, conversamos poco estaba apurado. Hoy veo personas que parecen salidos de la corte francesa de Maximilien Robespierre, que con pretexto de la revolución se embebieron de poder, revolucionarios y activistas que hoy en día visten de channel y armanni, que no van a ningún sitio sin chofer o volar en primera, ahora son parte de la nobleza, van en carroza y cochero, viajan con todo un grupo de sirvientes y esbirros; y tal como solían hacer los nobles, hacen lo que les da la gana, y nadie les puede decir nada, como los jóvenes amos en las haciendas de la Norteamérica que se mostraba en La Cabaña del Tío Tom.


Es así como vemos, como los impuestos crecen cada día más para mantener la vida de los nobles, como en la Inglaterra medieval fantástica de los trovadores de los 1000 y pico, los nobles se salen con la suya, al que es verdaderamente rico no le pasa nada, el sheriff de Nottingham oprime a los insurrectos, los pobres viven con miedo y pagan cada vez más, y si alguien se opone a esto, no lo ven como un manifestante, lo ven como traidor o contra-revolucionario, esta es la época que nos ha tocado vivir, y hay dos cosas que me llenan de nostalgia, primero que no tenemos a Robin Hood para ayudarnos y segundo que el Rey Ricardo nunca volverá de las cruzadas a poner en su lugar a su hermano el Príncipe Juan.


Me pregunto, ¿Qué hubiese sido necesario para que el Tío Tom se volviera esclavista?, para que Robin Hood reclamara la corona y contratara al sheriff de Hottingham para amedrentar a sus opositores… yo supongo que eso nos lo podría contestar Maximilien Robespierre, cómo de revolucionario pasó a semi-dios. El poder no corrompe, el poder cataliza nuestra verdadera naturaleza. Eso explicaría porque los revolucionarios usualmente se terminan convirtiendo en lo mismo contra lo que lucharon. Como en el libro Animal Farm de Orwell, los cerdos terminan vestidos como humanos…


Mañana será otro día, tal vez mejor que hoy... Qué me traerá el cambio de piel...