lunes, agosto 20, 2012

el geek denial...


Domingo 20h00… finalmente recostado luego de un fin de semana intenso… veo en el mueble donde descansa la TV varios juegos que me miran y me piden a su manera que juegue un poco, puse unos de mis favoritos de PS3 Fallout New Vegas, al cargar la partida me quedo viendo la cantidad de horas que le he dedicado a este juego… ya son como 140 horas, me sonreí y me acordé de mis años adolescentes cuando podía pasar días enteros jugando, qué tiempos aquellos, tenía todo el tiempo del mundo para jugar y jugar.

En el colegio nunca fui popular, tal vez era conocido, tampoco lo fui en la universidad, me veía a mi mismo como una suerte de rebelde, los jeanes rotos y la gorra para atrás, los zapatos converse que vengo usando desde el 92, pero no era rebelde... tan sólo un poco freak.  Nada fuera de lo común… eso sí me encantaban las matemáticas y la física… nunca pude jugar bien al fútbol, pero aprendí a tapar para no quedar relegado y los fines de semana estaban dedicados a los video juegos y a las películas… alquilaba todo tipo de filmes, pero sobre todo los de sci-fi, me ví al menos unas 10 veces Blade Runner, Critters, Ataque de los Tomates Asesinos, etc… Nos reuníamos con un buen amigo a jugar horas de horas Super StreetFighter y a ver series de Animé que daban en el canal Rede Manchete (brasilero) en el canal 20.  A los 19 tuve un intento de banda de garaje que tuvo corta duración y tan sólo un concierto… se llamaba “A la hora del té”… era una forma en la cual podía escribir canciones… antes escribía poesía para las chicas que me gustaban… y obvio no me hacían el menor caso… estaba programado para ser un caballero…

A pesar de todo no sé por qué ni cómo llegué a pensar que no era un Geek… es decir tenía guardada mi colección de Star Wars, los cómics dentro de su plástico, sabía que el señor Spock decía “larga vida y prosperidad” y obvio sabía cuál era el gesto y por supuesto también jugaba Dungeons & Dragons… todavía sé lo que es un Dungeon Master y de vez en cuando y si hay tiempo todavía jugamos.  Así es que a mis 19 empezó una suerte de Geek Denial… estaba en estado de negación, iba a discotecas (siempre me gustó bailar) y supongo que me empecé a convencer de que no era un Geek… tampoco me creía popular.   Todo esto terminó una tarde hablando con un primo mío de GYE que me preguntó: “ok, no eres geek, pero dime cuantas horas tienes de juego en Final Fantasy 6…”  ahí me quedé… callado, con algo de vergüenza… empecé a ver cada cosa de mi vida… le respondí: “creo que unas 60” luego rectifiqué “…92”, hasta el día de hoy sé que tuve 92 horas de juego, igual 60 horas igual me convertía en geek… casi nadie que conozco ha jugado Final Fantasy.  Ese día empecé a aceptar mi “nerdés” como me decía mi hermana mayor… aceptar que me encantan los libros de sci-fi y los comics, la manga y el animé, a jugar juegos de rol, y los de video.  Esa es la historia del Geek Denial… ser geek no es exactamente tener una etiqueta puesta pues somos todos muy diferentes, con diferentes gustos, fachas y aficiones, llegamos a tener novias.  Y en efecto a lo largo de la vida te encuentras con chicas a las que les gusta mucho que seas geek…  otras no (a estas las debes ignorar jajaja).    Y colorín colorado el Geek Denial se ha acabado.


Mañana será otro día, tal vez mejor que hoy... Qué me traerá el cambio de piel...

miércoles, agosto 01, 2012

el retorno de 8 no es igual a 3

 En medio de un pesado cambio de casa, regresé temprano del trabajo para ir a seguir llevando cajas, manejando a los 45-50km/h que ahora se nos permite en la ciudad, de repente veo un oficial de policía en un motocicleta que se me va acercando, yo en mi mente iba haciendo un recuento mental del manejo y me dije, “no seas paranoico, seguro simplemente es su ruta para ir a atrapar delincuentes, finalmente llegamos a un semáforo y me toca el vidrio, al bajarlo escucho  “Usted está irrumpiendo el pico y placa, bájese del vehículo”  con la voz firme pero con el corazón a mil le indiqué el sticker que indica que mi auto termina en 8 y no en 3…  el oficial me mira incrédulo, le vuelvo a señalar el sticker en el parabrisas, me pide la matrícula, se la enseño pero sin entregársela, me mira confundido, se pone adelante del auto lee la placa, se acerca y me dice que continúe.  No lo podía creer hace meses me pasó exactamente lo mismo y escribí un artículo en mi blog.(http://docgabro.blogspot.com/2011/10/8-no-es-igual-3.html)

Seguí manejando, volví a poner música para distraerme del tráfico que se avecinaba.  Unos 10 minutos después en medio del tráfico veo por el espejo retrovisor que viene otra motocicleta con dos policías, me vuelvo a decir que no sea paranoico y me dejo llevar por la canción, a los 20 segundos me vuelven a tocar el vidrio, me detengo y veo que era el mismo policía que al reconocerme se hace el cojudo y se va con su compañero, al irse veo que van como en zigzag revisando las placas de los vehículos.  Me quedo pensando… y es que después de todo es menos peligroso revisar placas que arrestar delincuentes… ni modo… el resto del viaje fue tenso… siempre me quedo con taquicardia luego de hablar con la policía.  Para proteger y servir… pero no dicen a quien…

Mañana será otro día, tal vez mejor que hoy... Qué me traerá el cambio de piel...