Domingo 20h00… finalmente recostado luego de un fin de
semana intenso… veo en el mueble donde descansa la TV varios juegos que me
miran y me piden a su manera que juegue un poco, puse unos de mis favoritos de
PS3 Fallout New Vegas, al cargar la partida me quedo viendo la cantidad de
horas que le he dedicado a este juego… ya son como 140 horas, me sonreí y me
acordé de mis años adolescentes cuando podía pasar días enteros jugando, qué
tiempos aquellos, tenía todo el tiempo del mundo para jugar y jugar.
En el colegio nunca fui popular, tal vez era conocido,
tampoco lo fui en la universidad, me veía a mi mismo como una suerte de
rebelde, los jeanes rotos y la gorra para atrás, los zapatos converse que vengo
usando desde el 92, pero no era rebelde... tan sólo un poco freak. Nada fuera de lo
común… eso sí me encantaban las matemáticas y la física… nunca pude jugar bien
al fútbol, pero aprendí a tapar para no quedar relegado y los fines de semana
estaban dedicados a los video juegos y a las películas… alquilaba todo tipo de
filmes, pero sobre todo los de sci-fi, me ví al menos unas 10 veces Blade Runner,
Critters, Ataque de los Tomates Asesinos, etc… Nos reuníamos con un buen amigo
a jugar horas de horas Super StreetFighter y a ver series de Animé que daban en
el canal Rede Manchete (brasilero) en el canal 20. A los 19 tuve un intento de banda de garaje que
tuvo corta duración y tan sólo un concierto… se llamaba “A la hora del té”… era
una forma en la cual podía escribir canciones… antes escribía poesía para las
chicas que me gustaban… y obvio no me hacían el menor caso… estaba programado
para ser un caballero…
A pesar de todo no sé por qué ni cómo llegué a pensar que no
era un Geek… es decir tenía guardada mi colección de Star Wars, los cómics
dentro de su plástico, sabía que el señor Spock decía “larga vida y prosperidad”
y obvio sabía cuál era el gesto y por supuesto también jugaba Dungeons &
Dragons… todavía sé lo que es un Dungeon Master y de vez en cuando y si hay
tiempo todavía jugamos. Así es que a mis
19 empezó una suerte de Geek Denial… estaba en estado de negación, iba a
discotecas (siempre me gustó bailar) y supongo que me empecé a convencer de que
no era un Geek… tampoco me creía popular.
Todo esto terminó una tarde
hablando con un primo mío de GYE que me preguntó: “ok, no eres geek, pero dime
cuantas horas tienes de juego en Final Fantasy 6…” ahí me quedé… callado, con algo de vergüenza…
empecé a ver cada cosa de mi vida… le respondí: “creo que unas 60” luego
rectifiqué “…92”, hasta el día de hoy sé que tuve 92 horas de juego, igual 60
horas igual me convertía en geek… casi nadie que conozco ha jugado Final
Fantasy. Ese día empecé a aceptar mi “nerdés”
como me decía mi hermana mayor… aceptar que me encantan los libros de sci-fi y
los comics, la manga y el animé, a jugar juegos de rol, y los de video. Esa es la historia del Geek Denial… ser geek no
es exactamente tener una etiqueta puesta pues somos todos muy diferentes, con
diferentes gustos, fachas y aficiones, llegamos a tener novias. Y en efecto a lo largo de la vida te
encuentras con chicas a las que les gusta mucho que seas geek… otras no (a estas las debes ignorar jajaja). Y colorín colorado el Geek Denial se ha
acabado.
Mañana será otro día, tal vez mejor que hoy... Qué me traerá el cambio de piel...