viernes, enero 06, 2012

la monarquía del siglo 21...



Es temprano y me levanto, hace un buen frío, por suerte no cae nieve en este país, pongo a pasar café y enciendo la televisión para ver noticias y veo lo mismo de siempre, quejas, mensajes incompletos, defensas absurdas, mentirosos compulsivos y uno que otro personaje atinado. Hoy en día veo rostros de políticos jóvenes que en un futuro serán candidatos a la presidencia, están trabajando para eso. Han cambiado su forma de ser, hoy enternados le hablan al país, el país del alzhéimer crónico, nos olvidamos de todo, simplemente espero que cuando les llegue su hora no se vuelvan parte de la monarquía del siglo 21 y recuerden porque se prepararon tanto.


Desde hace unos años hago una analogía entre el comportamiento de las personas con el comportamiento de los miembros de las grandes haciendas latinoamericanas. Trabajadores, capataces, parientes del terrateniente, el hijo del patrón y mil personajes más que se los puede analizar en cualquier libro de GGM o en los libros de otros literatos latinoamericanos. La hipocresía, la gente servil, la prepotencia de los que tienen una pizca de poder, los chismes y los informantes del patrono, los lambiscones, los vagos, los charlatanes que simulan que trabajan, los parientes, los trabajadores incansables, los sumisos, los revolucionarios, los rebeldes, el doble estándar.

Pero claro me permito a breves rasgos describir que lo que se vive en este país ya no es sólo la gran hacienda, hoy en día lo que se vive gracias al gobierno es la monarquía del siglo 21, con nobleza, feudos y todo. Veo cómo un monarca que fue un revolucionario hoy en día viaja en una caravana de 4 autos blindados, que recorren las vías de la ecovía, sin que nadie lo vea, como los reyes franceses en sus carrozas, deteniendo el tránsito, los buses cargados de gente se detienen para darle paso al monarca y su guardia. Y como antaño, cuando un pariente de la nobleza no se portaba a la altura de la corte, lo mandaban lejos, en épocas de la monarquía los mandaban al nuevo mundo lejos de la corte, a algún sitio donde esté ocupado y lejos para avergonzar a la corte, allá podrían ejercer su poder como comendadores o cualquier otro nombramiento. Hoy en día los mandan a misiones en países lejanos hasta que se calmen las aguas o los mandan a ministerios pequeños para que recapaciten.


Hace años tuve la oportunidad de conversar con él, no andaba en caravana, me lo encontré a pié en un colegio, un hombre sonriente y tranquilo, bromista, conversamos poco estaba apurado. Hoy veo personas que parecen salidos de la corte francesa de Maximilien Robespierre, que con pretexto de la revolución se embebieron de poder, revolucionarios y activistas que hoy en día visten de channel y armanni, que no van a ningún sitio sin chofer o volar en primera, ahora son parte de la nobleza, van en carroza y cochero, viajan con todo un grupo de sirvientes y esbirros; y tal como solían hacer los nobles, hacen lo que les da la gana, y nadie les puede decir nada, como los jóvenes amos en las haciendas de la Norteamérica que se mostraba en La Cabaña del Tío Tom.


Es así como vemos, como los impuestos crecen cada día más para mantener la vida de los nobles, como en la Inglaterra medieval fantástica de los trovadores de los 1000 y pico, los nobles se salen con la suya, al que es verdaderamente rico no le pasa nada, el sheriff de Nottingham oprime a los insurrectos, los pobres viven con miedo y pagan cada vez más, y si alguien se opone a esto, no lo ven como un manifestante, lo ven como traidor o contra-revolucionario, esta es la época que nos ha tocado vivir, y hay dos cosas que me llenan de nostalgia, primero que no tenemos a Robin Hood para ayudarnos y segundo que el Rey Ricardo nunca volverá de las cruzadas a poner en su lugar a su hermano el Príncipe Juan.


Me pregunto, ¿Qué hubiese sido necesario para que el Tío Tom se volviera esclavista?, para que Robin Hood reclamara la corona y contratara al sheriff de Hottingham para amedrentar a sus opositores… yo supongo que eso nos lo podría contestar Maximilien Robespierre, cómo de revolucionario pasó a semi-dios. El poder no corrompe, el poder cataliza nuestra verdadera naturaleza. Eso explicaría porque los revolucionarios usualmente se terminan convirtiendo en lo mismo contra lo que lucharon. Como en el libro Animal Farm de Orwell, los cerdos terminan vestidos como humanos…


Mañana será otro día, tal vez mejor que hoy... Qué me traerá el cambio de piel...

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